El 2023 quedará en la historia del Club Atlético Juanicó. Un año en el que se hizo historia pero sobre todo, se proyectó el futuro de la institución en todas sus áreas: social, deportiva, cultural, institucional.
En enero de 2023 Enrique Valla fue elegido presidente. Esto no hizo más que continuar un legado familiar que comenzó su abuelo, Enrique Valla. Vaya cosa del destino. Con el mismo espíritu emprendedor y con la misma visión de futuro que aquel 1923.
Desde ese momento la cosa estaba bien clara: no se trataba sólo de celebrar el Centenario del Club sino mirar hacia los próximos 100 años. El objetivo es ahora porque es el (único) camino para dejarle una identidad a las futuras generaciones. Identidad que continuarán sabiendo bien dónde está la meta.
Enrique lideró y lidera un formidable equipo de trabajo conformado por dirigentes/hinchas que combinan a la perfección experiencia y juventud. Un equipo que sabe bien lo que quiere. Que dedica lo más preciado de esta era a la causa: tiempo. A ese equipo lo une no solo sentir lo mismo sino que entenderlo de la misma forma.
Los 100 años resultaron un mojón impresionante. Pero desde que empezó el 2023 se hizo mucho foco y quedó grabado a fuego en las entrañas del club que el año más importante de la historia no es el 100, sino el 101.
Por eso el 2024 presenta la misión de consolidar, con la misma energía y compromiso, todo lo que se ha hecho con tanta pasión por el pueblo en su todas sus áreas.
De esta forma, el mensaje se construye primero y luego se transmite a todos los órganos vitales del club. En esa cascada, la dirección deportiva, naturalmente, es en la que se ve reflejada la identidad del club.
La comisión deportiva, con el Pato Peraza a la cabeza se encarga de transmitir los valores e ideales del club en lo que luego sucede en la cancha. Y eso trasciende la cuestión del triunfo o la derrota. Porque siempre habrá de las dos.
En 2023, la columna vertebral del equipo se mantuvo. Y se reforzaron zonas puntuales con incorporaciones de calidad en lo deportivo y en lo humano. La llegada de un futbolista de la trayectoria de Emiliano Albin y el goleador de la pasada Copa OFI, Diego Torres, fueron puntos altos en el armado del plan deportivo.
Una vez más se competió en un muy buen nivel en torneos desafiantes como la Copa OFI y la Copa AUF. Entre tanto, el nombre de Juanicó comenzó a ser sinónimo de orgullo. No solo por los resultados sino por lo que muchas veces no se ve: los procesos.
Pero sobre todo significó mantener un estilo de juego: más allá de los nombres, cada categoría del Club Atlético Juanicó sabe bien a qué juega. Y en esa línea y con ese espíritu se seguirá trabajando en el 2024. Sentido de pertenencia.
El 2023 también coronó el trabajo silencioso de muchas personas en las Formativas del club. Que, como lo dice el nombre, se encarga de formar personas para que luego jueguen al fútbol.
En la tabla acumulada, Juanicó estuvo en el podio y la primera experiencia oficial de un torneo selectivo de fútbol femenino de la Liga terminó con las chicas roijinegras dando la vuelta nada menos que en el nuevo estadio Gloria de un Pueblo.
En el orgullo de ellas por representar al club y por tener el privilegio de ser las primeras campeonas del estadio vale la pena lucir todo el sacrificio, esfuerzo y dedicación permanente de muchas personas que han hecho posible que la “locura” de tener un estadio sea una realidad.
Atrás quedaron todos los sábados de obra, el esfuerzo de todos los jugadores (desde sub 14 a Primera), dirigentes, hinchas, amigos, allegados y gente del pueblo que fueron a dar una mano, a pintar, a levantar una tribuna, a cortar el pasto, a compartir un mate o poner un cielorraso en el vestuario. Todos juntos.
Atrás quedó una inauguración con un espectáculo de primer nivel, que fue organizado a mucho pulmón y corazón y que, como broche de oro, contó con la presencia de todas las autoridades del gobierno nacional y departamental.
Y una vez más el nombre Juanicó recorrió el país como metáfora de orgullo y también como fiel reflejo que, al final, todo se puede lograr.
Para adelante está el desafío de seguir haciendo historia y de seguir poniendo pilares en la construcción de un futuro que, estamos convencidos, no tiene cosas imposibles sí la podemos soñar.